- CARDO MARIANO:
(Sylibum marianum, ing. Milk thistle)
En el mundo contemporáneo nuestro
hígado tiene una misión casi imposible. Una de las funciones
principales de este órgano vital es la de procesar y desintoxicar
numerosas sustancias que ingerimos o que nuestro propio organismo produce.
En nuestros dias la contaminación ambiental, los cientos de sustancias
químicas tales como pesticidas, hormonas, antibióticos,
y residuos de metales pesados presentes en los alimentos que ingerimos
añaden una carga adicional a la ya pesada carga que siempre ha
tenido el hígado. Añadale a esto el consumo de drogas
ilícitas, medicamentos, el excesivo de alcohol (todo esto es
procesado por el hígado) y los excesos alimentarios en que incurren
muchas personas y debemos concluir que bajo estas condiciones no es
de extrañar que las enfermedades del hígado se hayan convertido
en algo común.
El cardo mariano es una planta con una
larga historia como sustancia protectora del hígado. A pesar
de que también tiene su utilidad en el tratamiento de dolores
de cabeza, neuralgias y algunas condiciones alérgicas la atención
moderna se ha centrado en sus efectos protectores y regeneradores del
hígado. Las investigaciones modernas confirman este uso. Un artículo
publicado en 1991 en la importante revista europea Planta Medica señala
que el cardo mariano es indudablemente el agente farmacéutico
mejor documentado para el tratamiento de las enfermedades del hígado.
La silimarina es el principal compuesto
protector del hígado en el cardo mariano. Este compuesto presente
principalmente en las semillas actua como antioxidante en las células
del hígado protegiéndolas de los daños causados
por radicales libres. La silimarina también incrementa la capacidad
del hígado para regenerarse mediante la producción de
nuevas células saludables. También mejora la capacidad
del hígado para eliminar toxinas del organismo.
Numerosos estudios confirman los efectos
benéficos de la silimarina en casos de hepatitis crónica,
cirrosis, e degeneración grasa del hígado. Los efectos
más dramáticos se producen en casos de cirrosis y de hepatitis
tóxica.
La mejor forma de administrar el cardo
mariano es por medio de cápsulas estandarizadas a un contenido
de 140 miligramos de silimarina. Se puede comenzar con una cápsula
dos veces al día y aumentar a tres veces al día de ser
necesario. El te de cardo mariano no parece ser tan efectivo como las
cápsulas ya que la silimarina es una sustancia que no se disuelve
muy bien en el agua.
PRECAUCIONES:
El cardo mariano presenta muy pocos efectos secundarios aun en casos
de uso prolongado. Puesto que promueve el flujo de bilis algunas personas
experimentan un cambio hacia unos movimientos intestinales blandos.
En estos casos ingerir sustancias ricas en fibra soluble en agua puede
ser de ayuda.