- MANZANILLA :
(Matricaria chamomilla)
Un remedio muy eficaz para aliviar los excesos alimenticios.
La manzanilla es una planta muy conocida y utilizada desde antiguo.
Los egipcios, griegos y romanos ya la utilizaban contra las enfermedades
del hígado y los dolores intestinales.
Las comidas en exceso, con condimentos fuertes, preparaciones grasas
o ricas en salsas suelen ser de difícil digestión, y en
numerosas ocasiones producen dolores de vientre o espasmos estomacales.
Ante este cuadro, una infusión de manzanilla suele ser la solución
de urgencia.
Descripción: La manzanilla es una
hierba muy apreciada que crece en terrenos secos y soleados, en márgenes
de caminos y sembrados de la mayor parte de Europa. Se recolecta en
primavera y se aprovechan los capítulos florales, que se conservan
secos, en recipientes cerrados.
Propiedades: Los principios activos de
la manzanilla son los responsables de conferirle numerosas propiedades.
Entre ellos se encuentran: aceite esencial, flavonoides (luteolol, apigenol,
quercetol), cumarinas, mucílagos, principios amargos (matricina,
matricarina...) y sales minerales (8-11%).
El aceite esencial produce un efecto antiinflamatorio, antiséptico,
espasmolítico, carminativo, emenagogo y ligeramente sedante,
acciones a las que contribuyen las cumarinas y flavonoides. Los mucílagos
son demulcentes y, junto con el aceite esencial, tienen un efecto reepitelizante.
Los principios amargos son responsables de su actividad aperitiva, digestiva
y colerética. En uso externo es antiinflamatorio, analgésico,
cicatrizante y antiséptico. Se utiliza también en muchas
lociones capilares para aclarar los cabellos.
Indicaciones: Es un excelente estimulante
digestivo, que favorece el buen funcionamiento de los intestinos y facilita
la expulsión de gases. Por su efecto entiespasmódico rebaja
la tensión muscular y combate los dolores provocados por el ejercicio
intenso o las malas postura.
Su consumo está especialmente indicado en los siguientes casos:
Inapetencia, náuseas, vómitos, mala digestión,
diarrea, gastritis, acidez de estómago, cólicos flatulentos,
síndrome de colon irritable, trastornos nerviosos, dolores musculares,
irritaciones cutáneas, picaduras, hinchazones, molestias oculares,
conjuntivitis.
Contraindicaciones: Salvo indicación
expresa, no es recomendable prescribir aceites esenciales por vía
interna durante el embarazo, la lactancia, a niños menores de
seis años o a pacientes con gastritis, úlceras gastroduodenales,
síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa, enfermedad
de Crohn, hepatopatías, epilepsia, Parkinson u otras enfermedades
neurológicas.
Igualmente no se ha de administrar, ni aplicar tópicamente a
niños menores de seis años ni a personas con alergias
respiratorias o con hipersensibilidad conocida al aceite esencial de
la manzanilla.
No prescribir formas de dosificación con contenido alcohólico
para administración oral a niños menores de seis años
ni a personas en proceso de deshabituación etílica.
Efectos Secundarios: La planta fresca puede ocasionar dermatitis de
contacto. El aceite esencial es muy irritante de la piel y las mucosas.
Plantas con las que combina: Digestivas y carminativas (anís
verde, menta, hinojo, olmo rojo), relajantes (tila, valeriana, verbena),
antisépticas (sauco, malvavisco).
Formas de presentación: La podemos encontrar fácilmente
en supermercados dispuesta para infusión. En tiendas de herbodietética
o herboristerías especializadas también hay aceite esencial,
tintura, cremas y extractos secos.
Consejos para su empleo: En forma de tisana
digestiva es ideal tomarla después de una comida difícil
de digerir, elimina las náuseas y evita los vómitos. Se
hierve durante apenas 2 minutos, de 6 a 8 cabezuelas de manzanilla por
cada taza de agua. Una vez colado, se deja en reposo 10 minutos y se
toma bien caliente, justo después de acabar de comer.
Para las madres que durante los primeros meses de embarazo experimentan
indisposición general y frecuentes náuseas y vómitos,
se recomienda la infusión de manzanilla, de la que basta con
tomar tres tazas diarias.
Para facilitar la expulsión de gases, se puede elaborar una infusión
carminativa combinando a partes iguales manzanilla y anís verde,
una cucharada de postre de la mezcla por taza de agua. Se hierve el
agua dos minutos, se echa la hierba, se deja reposar 10 minutos y se
bebe caliente después de cada comida.
También es un remedio eficaz para combatir las inflamaciones
oculares. Para ello, se mezcla a partes iguales una cucharada sopera
de manzanilla, flores de saúco y flores de rosal por vaso de
agua. Se hierve unos tres minutos aproximadamente y tras dejarlo reposar,
se cuela y se vierte el líquido en compresas de algodón,
con las que se aplicarán repetidos toques sobre los párpados.
Si no se dispone del resto de hierbas se puede hacer únicamente
con la manzanilla.