Recomendaciones: Shock físico y mental. Traumas que nos dejan inertes, embotados, tristes, decepcionados. Estos traumas pueden venir de la infancia o ser actuales. La llegada de una mala noticia, como la muerte de alguien querido. Propensión por las cosas místicas y mágicas. Accidentes.

Posibles síntomas: Secuelas debidas a un trauma o un shock. Disociación de la personalidad. Patologías de la piel (psoriasis, pitiriasis , vitíligo, úlceras, llagas, urticarias). Caída del pelo. Dolores físicos después de un trauma o accidente. Trastornos al ingerir los alimentos (malas digestiones, aerofagia). Tensiones musculares que nos encorvan la espalda, como si quisiéramos emular nuestro estado fetal.

Símbolo: La unidad (como integración de lo disociado)

Nos reconecta con: La paz . Da claridad mental, vitalidad, capacidad de volver a encajar con la realidad y el momento presente. Pone en marcha los procesos de curación detenidos por el shock. Mejoran así las afecciones que no respondían a ningún tratamiento.