Procesos espagíricos en la elaboración de nuestros productos. ( Por Palmira Pozuelo Herguido. Directora del Laboratorio Alkemila y famaceútica especilizada en Plantas Medicinales)

El término espagiria lo utiliza por primera vez Paracelso. Sería una forma de alquimia menor o alquimia vegetal.

El término espagiria proviene del griego y contiene en ella a su vez dos palabras que significan separar y unir.

“Por ello aprende la alquimia, que de otro modo es llamada espagiria, ella enseña a separar lo falso de lo justo”. Paracelso.

Los trabajos espagíricos sobre los vegetales consisten en separar los tres principios alquímicos contenidos en ellos, así como en todo lo viviente, (azufre, mercurio y sal) y volverlos a reunir después de una serie de procesos de purificación.

En las plantas encontramos cada uno de estos tres principios:

El azufre se corresponde con los aceites esenciales contenidos en la planta.

El mercurio se corresponde con el alcohol producido por la planta tras un proceso de fermentación.

La sal se corresponde con las sales minerales contenidas en cada planta.

A su vez Paracelso nos habla de la signatura contenida en todo ser vivo y en las plantas. Observando la “signatura” o señal existente en cada planta sabremos con que fuerza creadora se corresponde y sobre que órgano o proceso actúa.

La fuerza creadora o “Espiritus Mundi”, actúa sobre la materia a través de 7 fuerzas. Serían las fuerzas planetarias, que se manifestarían en todo lo creado, podemos observarlas en los 7 colores en los que se descompone la luz al atravesar un prisma o al formarse el arcoiris.

Cada planta contiene las 7 fuerzas, pero una de ellas es más dominante, por eso hablamos de plantas de Venus o de signatura venal, como la rosa, plantas de la luna o de signatura lunar como la lunaria, plantas solares como el hipérico o el romero.

Los vegetales se caracterizan por absorber la luz, viven de la luz y se forman a partir de ella y del agua, el aire y la tierra, materia orgánica y principios activos. Cada planta según su signatura absorbe dentro de la luz una longitud de onda que corresponde a su signatura, es decir, por ejemplo las plantas lunares absorben más la gama que corresponde al color violeta, las plantas de Venus la gama que corresponde al verde y las solares la del naranja.

Esta información lumínica las plantas la fijan en sus sales minerales, por ello los trabajos espagíricos se centran en la obtención y elaboración de las sales solubles de las plantas. En los procesos de elaboración y de vivificación de estas sales es necesario el aporte del rocío. Para los alquimistas; en el rocío se materializa el “Espiritus Mundi” o principio creador. Este rocío es recogido solo en algunos momentos especiales del año, concretamente durante el creciente lunar y luna llena de primavera, y es incorporado a las sales y en otros procesos.

Como vemos una serie de trabajos laboriosos pero en concordancia con los ritmos y procesos de la naturaleza.

El romero es la principal planta seleccionada para nuestros trabajos espagíricos y es incorporada en la mayoría de nuestros productos, por ser una planta de gran abundancia en la zona en la que nos encontramos y por ser de signatura solar y por tanto de actividad vivificadora y estimuladora de multitud de procesos. El romero se ha revelado actualmente como uno de los más potentes antioxidantes existentes protegiendo nuestra piel y organismo de procesos degenerativos. Su aceite esencial es el más rico en hidrogeno de todos, comportándose como un potente reductor. Su época de floración, en el equinoccio de primavera, nos revela las fuerzas vivificadoras expresadas en este momento de resurrección de la naturaleza.